La «pluma científica más burlona de Estados Unidos» traslada su curiosidad a una vaporosa región habitada por los cazadores de espectros: sesudos investigadores, bribones contumaces, ingenieros o espiritistas que tratan de probar (o impugnar) la realidad de la vida eterna. Su periplo se inicia en la India rural con un exótico estudioso de la reencarnación y concluye en un quirófano de Virginia bajo cuyo techo se han instalado pintorescos dispositivos para detectar sucesos extracorpóreos vecinos de la muerte. Por el camino le pasan infinidad de aventuras y situaciones como matricularse en una escuela de médiums o sufrir una isitaparanormal inducida con medios electromagnéticos en una universidad.