Dos historias paralelas y, por tanto, jamás confluentes; aunque Manuele y Paqui tienen un nexo en
común llamado Pedro.
Las vidas de las dos mujeres transcurren en la España de nuestro tiempo y van desde un pueblo de la
Mancha a Utiel y desde allí a Valencia para terminar en la Serranía de Albarracín, en un pueblo cuyo
nombre, evocador de otras historias, es Griegos.
Las situaciones en las que se ven envueltas las protagonistas van de lo lírico a lo trágico, y
pretenden ser un espejo de la vida misma.
«Una novela de la que algunos especialistas han dicho que podría convertirse con facilidad
en el guión de una película rodada en blanco y negro».