Sofía quiere y no quiere perder sus dientes de leche.
	Quiere, porque las sonrisas con ventanas le encantan;
	y no quiere, porque no le gusta el ratón Pérez.
	Así está, con dudas y miedos, cuando algo inesperado
	sucede en su boca y le muestra que crecer
	siempre trae sorpresas.