Esta historia comienza con una decepción. Mar llevaba un año soñando con pasear a su perro por el paseo marítimo la mañana del 6 de enero. Ella había pedido un perrito de carne y hueso. Sin embargo, lo que le trajeron los Reyes Magos fue un robot de plástico. El día de Reyes pasó así sin pena ni gloria. Mar se fue a la cama y se tapó con el edredón hasta la nariz sin siquiera abrir la caja del perrito robot.