En 1909 Italia era un país recién hecho. Una de las ideas másrocambolescas para terminar de cuajarlo fue precisamente el Giro, undesfile de vampiros, saltimbanquis, lunáticas, fascistas, partisanos,piratas y caníbales que pasó rodando desde los Alpes hasta Siciliaante la puerta de millones de italianos. Y los unió alrededor de laépica, la tragedia y la comedia del ciclismo.
Después dePlomo en los bolsillos, su libro sobre el Tour de Francia, AnderIzagirre pedalea en estas páginas con la bicicleta de acero deBottecchia para transportar una ametralladora por los Alpes y frenar a los austrohúngaros, con la bicicleta galáctica de Francesco Moserpara derretir el tiempo. Tiembla con Charly Gaul y Johan Van derVelde, dos ciclistas desnudos que atravesaron tormentas polares yperdieron la cabeza. Sube con Marco Pantani hasta el infierno. Esperaa Luigi Malabrocca, que se gana la vida llegando siempre el último.Asiste a las tremendas batallas de Gimondi contra Merckx, de Fuentecontra Merckx, y a la más tremenda de todas: la de Merckx contraMerckx. Escucha a Florinda Parenti, que ganó el campeonato de Italiamás